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Ramón Mateos
ramonmat@gmail.com


Las Improbabilidades Infinitas

ENGLISH BELOW

El cúmulo de decisiones y situaciones que de la mano del ser humano conduce a lo que entendemos como acción, es lo que Hannah Arendt denominó las Improbabilidades Infinitas.

Sólo por ellas podemos entender lo que nos está conduciendo a la situación que estamos viviendo: la voracidad de las políticas capitalistas ultraliberales, la coincidencia en el tiempo de decisiones políticas ineficaces y políticos poco competentes, junto a las ambiciones de individuos, políticos y corporaciones.

Los flujos migratorios no son una novedad para la humanidad: así hemos constituido lo que entendemos como civilización, sin embargo, los movimientos de población que estamos viviendo estos últimos años responden a estrategias económicas y geopolíticas en muchos casos difícilmente justificables.

Las necesidades de consumo de los países industrializados son el patrón que marca estas estrategias –del mismo modo que en la época colonial–, ahora bajo la tenue luz de los parqués internacionales y en muchos casos de la mano de su guerra correspondiente.

Todo esto está conduciendo a que más de 35 millones de personas se estén viendo obligadas a abandonar sus hogares sólo en África y Oriente Medio, sólo entre 2014 y 2015, y sólo el 14 % de ellas tiene como destino un país industrializado; el 86 % acabará en otra ciudad de su propio país o en un país en vías de desarrollo en el mejor de los casos.

De los más de 60 mil millones de euros que Europa se ha gastado en los últimos 5 años en contener estos movimientos de población, España se gasta 10 millones al año en el mantenimiento de las vallas de Ceuta y Melilla.

En el imponente campo de golf de Melilla, como nos ha mostrado la prensa, se pueden hacer unos hoyos bajo la mirada de los migrantes que, encaramados a la valla de más de 6 metros de altura, tratan de huir de sus vidas mientras observan otras que nunca podrán alcanzar.
Esta imagen bien podría ser el resumen de la situación si además recordamos que las pelotas de golf fueron, de hecho, la munición utilizada hace unos pocos años en unas revueltas en el norte de España para exigir unas condiciones de vida razonables en las minas de la región.

Arendt y los pensadores del momento consideraban que bajo la amenaza atómica y de la mano de los totalitarismos, la civilización podría llegar a su propio exterminio, sin embargo, más bien parece que la mano de acero del capitalismo actual y el guante de seda de las democracias occidentales pueden ser suficientes para acabar con, al menos, una parte de ella.

Es verdad que cada día cambiamos el mundo pero, para hacer un cambio profundo, a veces se necesita más tiempo de lo que dura una vida y desde aquí de nuevo la misma pregunta: ¿qué hacer?
“Acaso simplemente levantar acta del vacío entre el poder de las ideas y el shock de la realidad, pero no para lamentarse o para manifestar alguna suerte de nostalgia, sino para retornar a las palabras, meditar sobre ellas, que acaso sea una tarea excesivamente humilde, pero que comporta sabiduría, puesto que las palabras son el alimento del pensar y son lo único de que, con frecuencia, disponemos para replicar a los sobresaltos del mundo”*

*Hannah Arendt. ¿Qué es la política? 1993. Recopilación de textos para Introducción a la poíitica. 1959

Fuentes:
EUROSTAT
OCHA (United Nations Office for the Coordination of Humanitarian Affairs)
OIM (Organización Internacional para las Migraciones) – Missing Migrant Project
FRONTEX
ACNUR/UNHCR (United Nations Refugee Agency)
INE (Instituto Nacional de Estadística)
The Migrants Files (proyecto transfronterizo que agrupa a periodistas de 15 países)
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Este proyecto se ha hecho posible gracias a la colaboración de:
Lucía Moragón
Daniel Blanco
Sandra Hernández
Vicente Mateos

ENGLISH TEXT

The accumulation of decisions and situations that, together with human beings, lead to what we understand as action, is what Hannah Arendt called the Infinite Improbabilities.

Only through them can we understand what has brought us to the situation we are currently facing: the voracity of ultra-liberal capitalist policies, the simultaneity in time of ineffective political decisions and incompetent politicians, together with the ambitions of individuals, politicians, and corporations.

Migratory flows are nothing new to humanity: this is how we have built what we understand as civilization. However, the population movements we have been experiencing in recent years are the result of economic and geopolitical strategies that are difficult to justify in many cases.

The consumption needs of industrialized countries are the pattern that shapes these strategies—as in colonial times—now under the faint light of international stock markets and in many cases hand in hand with their corresponding wars.

All this is leading to more than 35 million people being forced to leave their homes in Africa and the Middle East just between 2014 and 2015, and only 14% of them are heading for an industrialized country; 86% will end up in another city in their own country or, at best, in a developing country.

Of the more than €60 billion that Europe has spent over the last five years to contain these population movements, Spain spends €10 million a year on maintaining the fences in Ceuta and Melilla.

On the imposing golf course in Melilla, as shown in the press, you can play a few holes under the gaze of migrants who, perched on the 6-meter-high fence, try to escape their lives while observing others that they will never be able to attain.


This image could well sum up the situation if we also remember that golf balls were, in fact, the ammunition used a few years ago in riots in northern Spain to demand reasonable living conditions in the region’s mines.

Arendt and the thinkers of the time believed that under the threat of atomic weapons and totalitarianism, civilization could lead to its own annihilation. However, it seems that the iron fist of modern capitalism and the velvet glove of Western democracies may suffice to wipe out at least part of it.

It is true that we change the world every day, but to make a profound change, it sometimes takes longer than a single lifetime, and from here again the same question arises: what can be done?

*Hannah Arendt. What Is Politics? 1993. Collection of texts for Introduction to Politics, 1959.